Nuevamente estamos frente a una problemática mil veces vista, que parece no tener solución aparente y nos preguntamos ¿Por qué se pelea la barra brava de Boca?, ¿Quién tiene la culpa?, la culpa la tenemos todos.
Ya muchas cosas no son como eran antes, ¿cuántas veces habremos escuchado eso?, pero es cierto; las cosas cambiaron, las sociedades cambiaron, y con ellas los modos y formas de ver y hacer las cosas.
Los chicos ya no salen con una pelota debajo del brazo a jugar en la calle, ahora tienen jugadores de fútbol de plástico, arman partidos de la mano de su imaginación dentro de su casa y solo hacen actividad física en el colegio y algunos con un poco más de suerte, concurren a un club si es que sus padres pueden sustentar económicamente dicha actividad.
El deporte comenzó como una conducta inherente al hombre, relacionada con sus necesidades fisiológicas y psicológicas; fue sufriendo modificaciones al pasar de tener actividades más o menos libres a situaciones reglamentadas y controladas por organismos oficiales; de esta forma se generó un cambio también en el objetivo de los deportes que, antes eran de auto-superación y diversión, generando que la competitividad y el resultado pasen a ocupar ahora un papel principal tanto para deportistas como para espectadores.
Esa competencia genera diversos antagonismos y al ser el deporte un espectáculo movilizador de masas, muchas veces nos encontramos ante hechos violentos, heridos y en los peores de los casos asesinatos; luego todos nos preguntamos ¿no sería correcto que quien mata tenga que morir? y otras diversas cuestiones igual de polémicas que a veces nos cuesta entender.
No debemos pensar las cosas por separado, sino como un todo que se relaciona y nos deja vislumbrar que en este mundo, todo es competencia, que inmersos en un sistema, donde el dinero y el poder son lo principal, sin darnos cuenta a veces seguimos comportamientos que escapan a nuestra capacidad de actuar.
Podríamos detenernos un segundo a analizarla siguiente cuestión: ¿será que perdimos las buenas costumbres? O ¿será quizás que los comportamientos deportivos son un reflejo a veces de nuestras situaciones sociales?, actualmente vivimos rodeados de hechos violentos, nerviosismo y tensión, eso se ve reflejado en las relaciones humanas, por ende, también en el deporte.
Si tal vez pudiésemos enseñarles a las generaciones próximas a comprender mejor la competitividad y a poder sentir el deporte de otra forma, ¿acabaríamos un poco con la violencia? ¿generaríamos el cambio?, propongo que hagamos el intento.
Agustina Ripa
1 comentarios:
jajajajaja, utilizaste una frase del bambi para el titulo!
Yo también armaba partidos utilizando mi imaginación cuando jugaba con mis juguetes, a veces hasta con los lépices (un poco loco lo mío ya que hacían de jugadores).
Hablando en serio, comparto lo que decís al final ya que todo se relaciona con todo. Hay que educar a los chicos para sacarlos de la calle y así formarlos para que de apoco construyan su futuro evitando así caer en la delincuencia de cualquier tipo.
Otra de las cosas es que las autoridades saben quiénes son y dónde estén los violentos, sólo tienen que ponerse a laburar (algo que no están acostumbrados a hacer).
Te felicito y que tengas suerte con el "blag".
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